Como artista plástico dedicada al estilo figurativo, mi obra es un homenaje a la verdad, tanto externa como interna. A través de cada pincelada, busco capturar la luz de la atmósfera que nos rodea y, de manera aún más profunda, la luz interna que reside en cada individuo. Este enfoque está firmemente arraigado en los preceptos de mi propia filosofía que me guía para observar la realidad con claridad y para reflejar en mis obras la esencia misma de la condición humana.

Navego entre el realismo y la introspección, mi trabajo persigue una sinergia similar entre la técnica precisa y la exploración profunda del ser. Amo plasmar la luz y las emociones para que la pintura este viva y esta resuene con el espectador, mi trabajo es que el amor hable a través de la pincelada.

Cada cuadro es una exploración del ser, donde no solo delinean formas y volúmenes, sino que también revelan la naturaleza dual de la existencia como lo efímero y lo eterno, pero sobretodo busco que el cuadro funcione como un oráculo que ayude a darte el mensaje, que exista un lenguaje intimo e inspirador. En este viaje pictórico, el lenguaje visual que empleo se entrelaza con mi propia esencia, creando una sinergia que da vida a obras cargadas de introspección y honestidad.

Mi arte no pretende imponer interpretaciones, sino más bien invitar a una contemplación serena, donde el espectador pueda encontrar un reflejo de su propia luz interna y conectar con la verdad universal que todos compartimos. En cada pieza, la luz actúa no solo como elemento físico, sino como símbolo de la claridad mental y la sabiduría emocional, que son pilares fundamentales de mi quehacer artístico.